La Cámara de los Comunes aprobó ayer por escaso margen la propuesta de Theresa May para que Reino Unido salga de la Unión Europea. Ahora, la iniciativa pasa a la Cámara de los Lores, quienes tampoco presentarían mayores obstáculos. Si bien en ambas cámaras hay serios reparos a la salida de la UE, y de hecho más más partidarios de la permanencia, el costo político de oponerse a la voluntad del pueblo sería demasiado grande.
Si bien la cuestión parece encaminada, no está claro qué sucederá con algunas situaciones problemáticas. El deseo de Escocia de no salirse de la UE sigue siendo un dolor de cabeza para May. Por otra parte, si el proceso de salida no se completa en el término de dos años, se dispararían nuevas dudas y complicaciones operativas que tensarán la relación entre Reino Unido y Europa.