Antes de asumir como presidente de Estados Unidos, México empieza a sufrir a Donald Trump: Ford Motor anunció la cancelación de una inversión de 1.600 millones de dólares en México. A cambio, destinará 700 millones a expandir la producción de coches eléctricos en Michigan.
Esta información se conoce horas después de que el presidente electo, Donald Trump, amenazara a General Motors por vender en el mercado estadounidense modelos que fabrica en México.
Se trata del primer golpe para uno de los sectores estratégicos de la economía mexicana. Junto con el manufacturero, el sector del automóvil vive literalmente de la demanda del vecino del norte. La hiperdependencia con EE UU –casi un 80% de las exportaciones y más de la mitad de la inversión extranjera directa– es uno de motores del crecimiento mexicano.
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