Un nuevo atentado terrorista tuvo lugar en Bruselas, en la estación central del ferrocarril. Un fundamentalista islámico hizo detonar una valija, con una carga de explosivos baja, sin generar heridos. Sin embargo, llevaba consigo una carga bastante mayor, que no logró detonar porque la policía lo asesinó antes de que procediera con la segunda explosión.
El incidente dejó como víctima solo al atacante, aunque volvió a justificar el alerta máximo en que se encuentra Bélgica en general y Bruselas en particular. Si bien la policía rápidamente neutralizó al atacante, de haber tenido pericia para generar la segunda explosión las consecuencias podrían haber sido más graves.
Estado Islámico no se atribuyó el ataque, por lo que se sospecha que se trató de un “lobo solitario”, de los tantos que vienen extendiendo el terror en Europa.