El Gobierno de Estados Unidos se prepara para cancelar su programa civil de drones por temor al espionaje chino. Los cerca de mil aparatos de origen chino del Departamento de Interior llevan desde noviembre en el suelo. Ahora, según el Financial Times, la supresión definitiva del programa parece inminente. El fin del servicio es grave porque los drones civiles se ocupan de vigilar emergencias, bosques, fronteras o áreas sensibles. Sin esos drones, muchas de sus labores deberían volver a vuelos tripulados, más caros y peligrosos.
Los aparatos chinos no tienen una alternativa sencilla: las empresas del país dominan el mercado global de drones pequeños con mucha ventaja competitiva. La decisión puede convertirse en un episodio más en la batalla tecnológica entre China y Estados Unidos, donde Huawei ha sido la víctima principal, vinculada a la nueva guerra fría por el 5G, y la app del momento, TikTok, la polémica más controvertida (TikTok es china y está en millones de móviles de todo el mundo).
Los drones chinos están bajo sospecha en EEUU desde 2017. El ejército estadounidense prohibió entonces los aparatos de la empresa DJI (Da Jiang Innovations), que domina el mercado global, por temor a espionaje. En agosto de ese año DJI abrió un reto para que hackers encontraran vulnerabilidades en sus sistemas y demostraran que eran de fiar. Uno de los hackers, Kevin Finisterre, fue capaz de acceder a sus servidores y encontró de todo: «Información de pasaportes, carnés de conducir, carnets estatales y diarios de vuelo. Otra de las cosas que hice para juzgar el impacto de la exposición fue buscar dominios ‘.mil’, ‘.gov’, ‘gov.au’; inmediatamente resúmenes de vuelos para un montón de localizaciones potencialmente sensibles apareció», explica Finisterre en el informe que escribió sobre todos los problemas legales que tuvo con DJI por las revelaciones.
«Que los drones de esa marca china pueden estar enviando los datos, para mí no hay la menor duda porque ya se ha demostrado en el pasado, como hizo Finisterre», dice Pedro Cabrera, fundador de Eton Shield, empresa de hacking ético de telecomunicaciones. «Y no solo de fabricantes chinos. Yo pude comprobar lo mismo con una marca francesa. Pude obtener toda la información de vuelos de esa marca que habían volado sobre varias ciudades, entre ellas Madrid; todos contenían la información básica de vuelo (hora, recorrido, estado) y algunos incluso contenían las fotos o vídeos que el piloto había realizado», añade.
Fuente: El País.