Luego de ocho años, el próximo 20 de enero Barack Obama dejará de ser el presidente de Estados Unidos. Ayer, en su discurso de despedida realizado en Chicago, hizo un repaso de su gestión e invitó a todos los estadounidenses a trabajar unidos para que el país consolide aún más la preminencia mundial que su gestión fortaleció.
«Si os hubiera dicho que garantizaríamos el derecho a un seguro médico a 20 millones más de conciudadanos, me habríais dicho que habíamos puesto muy alto nuestras expectativas», afirmó. Con frases con esta sobre uno de los puntos más conflictivos de su gestión, y para los partidarios quizás el mayor logro de la misma, Obama fue destacando cada hito de gestión. Al ObamaCare se le sumaron menciones a la apertura hacia Cuba, el entendimiento con Irán, la captura de Osama Bin Laden, la reducción de ISIS a la mitad del territorio que ocupaba, la recuperación de la economía luego de la crisis de 2008, y la creación de millones de puestos de trabajo.
Obama también se hizo tiempo para agradecer a todo el pueblo estadounidense, a sus colaboradores y especialmente a su vicepresidente y a su familia. Interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos, muchas veces al grito de “yes we can” (sí, se puede), Obama no pudo contener las lágrimas por momentos.
Por último, y afirmando que Estados Unidos es un mejor país de lo que era cuando él asumió, dejó un mensaje para su país, pero también para el mundo: “(la democracia) corre peligro cuando se la da por segura y se rompe si se cede al miedo. La democracia los necesita”.
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