Anis Amri, un tunecino con vínculos islamistas, es la persona más buscada del país. El Gobierno insiste en que es solo un sospechoso: no es seguro que condujera el camión que mató a 12 personas en Berlín. Pero sus antecedentes generan estupor: las autoridades sabían del radicalismo de Amri y fue vigilado hasta septiembre. Su solicitud de asilo fue rechazada: tenía una orden de expulsión que nunca se materializó.
Alemania se lanzó ayer a la caza del tunecino Anis Amri, de 24 años, que también está registrado con otros nombres y nacionalidades. La Oficina Federal Criminal ofrece una recompensa de 100.000 euros a quien aporte datos que lleven a su detención. Las autoridades alertan de que es peligroso y puede ir armado. Un documento encontrado bajo el asiento del camión que el lunes arrolló un mercado navideño puede ser la clave para dar con el responsable del brutal atentado
Ayer también se organizó una concentración frente a la Cancillería para rendir un homenaje a las víctimas del ataque. Sin embargo la manifestación estuvo cargado de mensajes políticos. Por todas partes hubo carteles contra la canciller Angela Merkel pidiendo su renuncia o pidiéndole que proteja las fronteras. Los mismo que argumentan los líderes ultraderechistas de media Europa que han responsabilizado del ataque yihadista a la jefa del Gobierno alemán.
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