Representantes talibanes anunciaron que el acuerdo de paz con Estados Unidos podría ser firmado a fines de este mes. De acuerdo con lo mencionado por Mullah Abdul Salam Hanafi, miembro de la comisión del movimiento afgano, las negociaciones en Doha han llegado a su fin y sólo resta redactar la versión final del acuerdo.
El enviado estadounidense, Zalmay Khalilzad, dijo ser optimista pero cauteloso respecto del acuerdo, ya que hay múltiples factores dentro y fuera de Afganistán que podrían socavar los logros de meses de trabajo diplomático.
El acuerdo llegaría en el marco de un negociado ambiente de reducción de la violencia a lo largo y ancho del país en el que todas las partes cancelarán sus operaciones ofensivas ya planeadas. De sostenerse la reducción de la violencia en territorio afgano, el acuerdo -más amplio- entre Estados Unidos y el Talibán sería firmado. Dicho acuerdo contempla el retiro de tropas estadounidenses y el inicio de negociaciones directas entre autoridades afganas y miembros de la facción paramilitar suní.
A pesar de que el panorama se vislumbra favorable luego de décadas de conflicto, ya se anuncian desacuerdos sobre algunos términos de la negociación. En particular, respecto del intercambio de prisioneros entre las partes. Es por ello que el presidente afgano, Ashraf Ghani, resaltó el carácter condicional del acuerdo, ya que depende del resultado del cese de hostilidades programado para extenderse durante siete días.
Finalmente, el acuerdo refleja lo acordado en septiembre último, antes de que Trump cancelara las negociaciones como respuesta a un ataque perpetrado por los talibanes, el cual resultó en la muerte de un soldado estadounidense.
Dado que no se trata del primer intento de alcanzar un acuerdo, cabe preguntarse si esta vez las partes darán prioridad a poner fin al conflicto que lleva décadas azotando a Afganistán o si volverán a hacer tambalear la frágil estabilidad lograda y darán por tierra el acuerdo.