Luego de abolirlo hace siete años, el gobierno sueco decidió volver a implementar el servicio militar obligatorio. La justificación apunta a la creciente amenaza rusa y a la inestabilidad en la región del Báltico.
Con esta medida, Suecia busca apuntalar su fuerza con 4000 soldados, incluyendo voluntarios y reclutas. Sin dudas, es una señal de alerta en la región, porque aun siendo una medida preventiva pone de manifiesto la complejidad en la región y la creciente desconfianza del mundo occidental sobre la Rusia de Putin.