Luego de años de conflicto entre israelíes y palestinos, la pandemia de coronavirus ha llevado a ambas partes a cooperar estrechamente en pos de contener la propagación del virus. El acercamiento ligado a la coordinación sanitaria permitió que Israel ofrezca ayuda médica a la Autoridad Palestina, que se ha extendido también a la franja de Gaza, bajo control del movimiento islamista Hamás. Además, se ha revocado momentáneamente la prohibición que impide a trabajadores de Cisjordania residir en territorio israelí, medida que se extendería por el lapso que dure la situación de emergencia.
La tregua tácita entre las partes condujo a que no haya más cohetes surcando el cielo de la frontera entre Gaza e Israel, que las tropas permanezcan en sus cuarteles, y que los incidentes violentos se reduzcan al mínimo. Desde el jueves pasado el gobierno de Benjamín Netanyahu ha dispuesto una restricción de movimientos. Por su parte, la Autoridad Palestina decretó en el día de ayer el confinamiento de toda la población.
Aunque la crisis en la región dista de las dimensiones de la situación europea, a la Organización Mundial de la Salud le ha llamado la atención el reducido número de casos registrados en el superpoblado enclave costero: dos casos positivos con antecedente de viaje a Pakistán.
La franja de Gaza permanece aislada desde hace trece años cuando Hamás desalojó del poder al partido Fatah, liderado por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, e Israel estableció un estricto bloqueo militar. No obstante, la situación extrema causada por la pandemia de Covid-19 ya llevó a que ambas partes tomen medidas excepcionales. En principio, Israel facilitó kits de testeo y equipos de protección para el personal sanitario palestino dado que Gaza sólo cuenta con un laboratorio habilitado para realizar pruebas de detección del virus. A su vez, el cierre de la frontera de Erez dispone de excepciones para pacientes oncológicos o de enfermedades graves, quienes pueden ser evacuados hacia hospitales israelíes o de Cisjordania.
La crisis sanitaria lleva a que se tomen medidas excepcionales, y que partes en conflicto cesen el fuego y trabajen codo a codo para contener el virus que tiene en vilo al mundo entero. ¿Serán estos signos de cambio a mediano y largo plazo? ¿O una vez superada la crisis sanitaria global las lógicas geopolíticas y de la economía política internacional volverán a dominar el escenario mundial?