Donald Trump fue imputado en las últimas horas del jueves por la Fiscalía de Nueva York, y podría ir a la cárcel. Se lo acusa de hacer un pago en negro a la actriz porno Stormy Daniel, con quien habría tenido una relación, para que guardara silencio sobre ese vínculo. Es el primer presidente o expresidente estadounidense en esta condición.
Según informó la misma fiscalía, hay contactos con sus abogados para negociar su entrega en los próximos días, aunque se estima que sea el martes próximo. Sin embargo, el juez podría decidir si Trump queda en la cárcel o si lo deja en libertad bajo fianza. Asimismo, Trump podría enfrentar otras decenas de cargos, muchos de los cuales estarían vinculados a fraude empresarial.
La condena política del partido Republicano se hizo escuchar, y pronto. El argumento de persecución política es el primero esgrimido. El ex vicepresidente de Trump, Mike Pence, afirmó que «la idea de que un expresidente sea imputado por primera vez en la historia de Estados Unidos por un caso de financiación en campaña huele a persecución política».
Desde el exterior, distintas voces de líderes salieron en defensa de Trump. Andrés Manuel López Obrador consideró “antidemocrático” el proceso judicial contra Trump. Nayib Bukele, por su parte, dijo que desde ahora, «será muy difícil para la política exterior de EE.UU. usar argumentos como ‘democracia’ y ‘elecciones libres y justas’, o tratar de condenar la ‘persecución política’ en otros países, de ahora en adelante».
Trump es parte de la carrera presidencial para 2024. Este golpe puede resultar en un beneficio para sus detractores, tanto demócratas como republicanos. O bien, puede reimpulsar su figura, entre quienes consideren que Trump fue ubicado en un lugar de víctima. La semana próxima será clave para determinar el futuro político del ex presidente Donald Trump.