Finalmente se hizo realidad. Donald Trump juró como 45° presidente de la mayor potencia del mundo. Y en sus primeras palabras como máxima autoridad, planteó sus lineamientos de gobierno en oposición de los de Obama y en términos de competencia con el mundo.
Luego de la jura, Trump procedió con el habitual discurso de apertura del mandato. Y no defraudó a sus votantes. Por si había dudas en Estados Unidos y el mundo, Trump sostuvo las líneas generales que conformaron su plataforma electoral.
Ante un Obama incómodo al que agradeció ni bien comenzó su discurso, Trump se encargó de dejar en claro su opinión sobre el Estados Unidos que deja el demócrata: un país que descuidó sus fronteras y el trabajo de su gente.
Con el pueblo estadounidense como eje central, Trump afirmó que “el pueblo no volverá a ser ignorado” y aseguró que “llegó el momento de que gobierne el pueblo”, en una crítica evidente a la clase política a la que él desde hoy pertenece.
En relación a la economía y al trabajo de los estadounidenses, Trump se encargó de despejar dudas sobre cuál será el objetivo central de su política económica: “seguiremos dos reglas básicas: compren productos americanos y contraten a trabajadores americanos”. Más proteccionismo.
Con respecto a la política internacional y al terrorismo internacional, instó al pueblo a “estar tranquilos”, porque están muy bien cuidados por las agencias de seguridad, lo que fue un gesto importante luego de las idas y vueltas por los ciberataques rusos. Concretamente sobre el terrorismo, afirmó que en conjunto con el mundo “acabarán con el terrorismo islámico”, en lo que seguramente será tomado por el terrorismo como un desafío del nuevo presidente.
Trump volvió a insistir con el fortalecimiento de las fronteras, anunciando que durante su administración Estados Unidos “construirá fronteras seguras”, en clara alusión a las conjeturas sobre la construcción del muro en la frontera con México.
En líneas generales, y a pesar del saludo y agradecimiento iniciales, Trump cuestionó de manera solapada aunque duramente a la gestión de Barack Obama y se mostró como el salvador del pueblo de Estados Unidos, al que le dará el trabajo y la seguridad que hoy no tienen.
En sus frases finales, Trump hizo una mención a la unión del país, que se encuentra fuertemente dividido justamente por su figura: “Seamos negros, marrones o blancos, todos llevamos la misma sangre de patriotas. Todos disfrutamos de las mismas libertades y todos juramos honor a la misma bandera”.
El huracán ya tocó tierra. Trump ya es presidente de Estados Unidos.