El presidente estadounidense, Donald Trump, vuelve a tentar al destino, o mejor dicho al Congreso. Luego del moderado éxito de su veto migratorio sobre ciudadanos de países musulmanes, el mandatario busca limitar el ingreso de extranjeros que solicitan la famosa “green card”, que otorga residencia permanente.
El proyecto de Trump consiste en otorgan la visa permanente a aquellos solicitantes que hablen inglés, tengan financiamiento para sostener a sus familias y puedan contribuir a la economía local con su trabajo. La medida confirma la obsesión de Trump por incrementar cada vez más las restricciones migratorias, en cumplimiento de su promesa de campaña y en supuesta defensa de las probabilidades de progreso de los ciudadanos estadounidenses.
Trump se aferra, una vez más, a sus votantes, e intenta cumplir con lo que les prometió. Para ser exitoso en esta nueva cruzada, tendrá que vencer la resistencia de su peor enemigo, el Congreso, que deberá aprobar su proyecto.
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