Luego del último lanzamiento de Corea del Norte, en el que envió un misil balístico que podría llegar hasta Alaska, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In ordenó la realización de un ejercicio militar en el mar del Este, con misiles propios y de Estados Unidos.
Donald Trump aprobó este ejercicio, y desde la Casa Blanca elogiaron la medida dispuesta por el presidente surcoreano. La intención de ambos países es enviar un mensaje a Kim Jong-un, que demuestre que no dudarán en tomar medidas concretas en el territorio si persisten las pruebas hechas por Corea del Norte. El líder norcoreano había afirmado que su último ensayo fue “un regalo para los bastardos estadounidenses”.
La situación es cada vez compleja y sin dudas será tema principal en la cumbre del G20, que se desarrollará en los próximos días en Hamburgo. China y Rusia, por su parte, condenaron fuertemente el acciona de Corea del Norte, y propusieron suspender los ensayos militares realizados por las dos Coreas mientras se busca avanzar en una solución diplomática.
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