El presidente venezolano, Nicolás Maduro, decidió delegar en su vicepresidente, Tareck El Aissami, 15 de sus atribuciones con el objetivo de lograr más eficiencia en la toma de decisiones y mayor “calidad revolucionaria”.
El Aissami podrá resolver sobre cuestiones de varia índole: impuestos, designaciones de funcionarios, creación o supresión de áreas, presupuesto. En palabras del propio Maduro, El Aissami tiene la misión de luchar contra los “terroristas de extrema derecha”.
No queda claro qué funciones mantendrá Maduro en la práctica, pero su alejamiento formal de funciones que hasta el momento le eran cotidianas hace pensar que algo está tramando y que pronto tendremos novedades.
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