Las defensas aéreas sauditas interceptaron este martes un misil balístico lanzado contra la capital, Riad, en el último de una serie de ataques perpetrados por grupos hutíes yemenitas aliados de Irán. Un portavoz del movimiento hutí dijo que el objetivo del misil era el tribunal real del palacio al-Yamama, donde se estaba celebrando una reunión de líderes saudíes.
La semana pasada, la embajadora estadounidense ante la ONU Nikki Haley había culpado a Teherán de estar “suministrando ilegalmente armas” a los rebeldes. Irán, aliado de los rebeldes hutíes, niega haberles proporcionado armamento a estos grupos, que desde 2015 se enfrentan a la campaña de bombardeos de la coalición liderada por los sauditas, que apoyan al presidente reconocido internacionalmente y exiliado en Riad, Abdo Rabu Mansur Hadi.
Vale recordar que en Yemen -la nación más pobre del golfo Pérsico-, Arabia Saudita e Irán se enfrentan para imponer su poderío regional, cada una apoyando a un sector distinto en la guerra civil. Mientras tanto, la población es víctima de la hambruna y el cólera, además de los bombardeos sauditas que se han cobrado más de 8.600 vidas y han dejado más de 49.000 heridos.
El asesinato a principios de este mes del líder expresidente Abdalá Saleh, que se había aliado con los hutíes y en las últimas semanas había abierto negociaciones con Arabia Saudita para cambiar de bando, ha aumentado la violencia.