El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está cada vez más cerca de anotarse un gran triunfo legislativo: la Cámara de Representantes aprobó su versión de la reforma de impuestos, que busca principalmente rebajar la tasa que pagan actualmente las grandes corporaciones y reformular el esquema de deducciones.
Según distintos analistas, la iniciativa republicana –que fue aprobada por 227 votos contra 205 (que incluye a toda la oposición demócrata)- podría aumentar el déficit fiscal en 1,5 billones de dólares en la próxima década. Por eso, hay dudas de que el Senado vote a favor de la propuesta así como fue planteada desde la Cámara Baja.
Según lo planeado, se busca principalmente reducir el impuesto que pagan las corporaciones de 35 a 20 por ciento, disminuir los segmentos de clasificación impositiva de siete a cuatro y eliminar muchas deducciones actualmente vigentes –algunas que benefician incluso a clases medias y bajas o jubilados-.
De hecho, trece republicanos votaron en contra de la iniciativa, ya que se oponían a eliminar las deducciones para los impuestos locales y estatales, y limitar a 10.000 dólares las deducciones por tenencia de propiedad. En este sentido, sería también la oposición de un pequeño grupo de republicanos en el Senado la que podría hacer colapsar la iniciativa.
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