2017 es un año clave para muchas de las potencias de la Europa occidental. Alemania, Francia y Holanda tendrán elecciones locales. Pero todo se dará en un marco particular: con Trump como presidente de Estados Unidos y con Putin como líder absoluto de la política internacional mundial. Para peor, ambos manifiestan mutua estima.
La vigente disputa entre Rusia y Estados Unidos por el hackeo ruso al Comité Nacional Demócrata puso en alerta al mundo occidental. Y Estados Unidos no hizo más que confirmar esto. Los servicios de inteligencia estadounidenses informaron al mundo que el Kremlin intentará incidir en las próximas elecciones relevantes del mundo, como lo hizo con las de Estados Unidos. Y las más relevantes del año que recién comienza serán las mencionadas.
Semanas atrás la canciller alemana, Ángela Merkel, ya había hecho pública su inquietud al respecto. Sin dudar un instante de lo afirmado por Obama respecto del hackeo ruso, Merkel ya avisó que hay que estar en alerta para evitar situaciones similares.
Por su parte, Barack Obama, apelando lógicamente al sentimiento de pertenencia a su país, e intentando poner a Trump en aprietos ante la opinión pública, afirmó que “Putin no está en nuestro equipo”, en clara referencia a la simpatía que el próximo presidente de Estados Unidos manifiesta por el líder ruso.
Veremos qué sucede este año. Si bien toda Europa ya está en alerta, lo que es seguro es que no contará con la asistencia de Estados Unidos para bloquear eventuales hackeos.