El Congreso de Colombia refrendó el nuevo acuerdo de paz firmado por el Presidente Santos y las FARC, luego de que el primero quedara sin efecto luego del plebiscito que dio como resultado el rechazo por parte de la ciudadanía colombiana. Santos logró una holgada mayoría en ambas cámaras legislativas, aunque en buena parte favorecida por la ausencia de los legisladores que responden al ex presidente y principal detractor del acuerdo, Álvaro Uribe.
En este contexto, hoy jueves comienza la implementación de las acciones concretas que dispone el convenio. Primero, el desplazamiento de las FARC hacia una zona de concentración acotada. Y luego, el proceso de desarme, que incluye la entrega de las armas a Naciones Unidas. No obstante, referentes de la guerrilla señalaron que la implementación solo podrá comenzar luego de que sean liberados los guerrilleros que aún están presos.
Sin embargo, ni la firma de este segundo acuerdo, ni la aprobación del Congreso, ni la implementación del mismo acabarán con la polémica dentro de la sociedad y la clase política colombianas. Aún hay un fuerte rechazo a varias de las condiciones establecidas en el acuerdo.
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