La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos le ha caído muy bien al gobierno de Benjamin Netanyahu: tras haber autorizado el domingo la expansión de los asentamientos en Jerusalén Este, el gobierno de Israel aprobó 2.500 nuevas viviendas en Cisjordania.
Se trata de una decisión que desafía a la comunidad internacional. Hay que recordar que hace pocas semanas, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declaró que “la construcción en territorios palestinos ocupados tras la guerra de 1967 es considerada ilegal”.
El gobierno de Israel, a través del Ministerio de Defensa, anunció que la ampliación de los asentamientos está destinada a satisfacer “la demanda de vivienda” y a “mantener una vida cotidiana normal en Judea y Samaria (Cisjordania)”. Se estima que unos 400.000 colonos judíos viven en centenares de asentamientos en Cisjordania y otros 200.000 en Jerusalén Este.
Por su parte, Netanyahu, no dejó dudas sobre sus intenciones. En su cuenta de twitter escribió: “Estamos construyendo y seguiremos construyendo”.
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