El flamante congreso de Estados Unidos ya anticipa las próximas discusiones que levantarán la temperatura del debate político desde la asunción de Donald Trump el próximo 20 de enero. Los legisladores demócratas ya se están preparando para lo que será sin dudas la primera gran embestida de Trump contra el legado de Obama: derogar el ObamaCare.
En este marco, el grupo de representantes demócratas se reunión para dejar en claro que lucharán por mantener el programa de salud, que rige desde 2010. En la voz de su líder en el Senado, Chuck Schumer, quedó clara la postura: “El plan republicano para cortar el plan de salud no haría a Estados Unidos grande de nuevo, haría enfermar a Estados Unidos otra vez y llevaría al caos en lugar de a una atención sanitaria asumible”.
Pero la respuesta no tardó en llegar, y fue nada menos que del vicepresidente electo, Mike Pence, quien afirmó que el nuevo Congreso debe “derogar y reemplazar ObamaCare” con la mayor urgencia posible.
Claramente los republicanos llevan las de ganar. Cuentan con la mayoría en el congreso y, por sobre todas las cosas, con la voluntad del futuro presidente. En juego, la salud de 20 millones de personas, que por el momento cuentan con asistencia médica pública y gratuita.
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