En un contexto de escalada en las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia, el Departamento de Estado norteamericano ordenó el cierre del consulado de Rusia en San Francisco, California, y de otras dos oficinas diplomáticas rusas en Washington y Nueva York. La medida es una respuesta directa a la decisión de Moscú de expulsar a 755 empleados de las representaciones diplomáticas estadounidenses en suelo ruso.
Las tensiones han ido aumentando, a su vez, por la seguidilla de sanciones impulsadas por el Congreso norteamericano contra Rusia, que tuvo sus picos con la anexión rusa de Crimea de 2014 y la supuesta interferencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016. Oficialmente, el Departamento de Estado aseguró haber tomado la medida para satisfacer un “deseo de paridad” ruso en el vínculo diplomático. Con esta acción ambos países quedarán con tres consulados cada uno.
Cabe destacar que el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, habló por teléfono el jueves con el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, y le expresó que lamentaba “la escalada de tensiones en las relaciones bilaterales”. Sin embargo, los propios comunicados oficiales estadounidenses reconocen una relación bilateral “en espiral descendente”.
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