Aparentemente, nada lo dentendrá. El próximo 30 de julio es la fecha anunciada por la oficialista Comisión Nacional Electoral para la realización de la elección de asambleístas constituyentes que reformen la Constitución Nacional venezolana y permitan a Maduro mantenerse en el poder.
A pesar del cada vez más escaso apoyo con el que cuenta Maduro, que distintas fuentes ubican cercano al 20%, de la elección de fines de julio surgirán 527 constituyentes, a través de un polémico sistema de reparto diseñado por el oficialismo perfectamente para que la mayoría responda a Maduro y dote al país de una nueva constitución hecha a medida del oficialismo. La oposición, que no deja de marchar en las calles, directamente no presentará candidatos, por considerar la convocatoria inconstitucional.
La situación en Venezuela es cada vez más delicada. La constitución de la Asamblea Constituyente impulsada por Maduro será la confirmación de un régimen arbitrario disfrazado de democracia. Por el momento, la comunidad internacional se mantiene expectante, pero no logra aunar esfuerzos para condenar de manera concreta y con medidas efectivas el accionar del presidente Maduro.
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