Brasil no tiene paz. Las denuncias de corrupción son constantes. Pero ahora, el caso de la constructora Odebrecht salpica a miembros de gobiernos de otros países de la región también. Tal es el caso de Pedro Pablo Kuczynski, quien tuvo que salir a desmentir las acusaciones que marcaban que en su etapa como primer ministro había recibido coimas de Odebrecht, a cambio de favorecerla en la adjudicación de obras públicas. La misa suerte corrieron autoridades argentinas del ministerio de Planificación acusadas de recibir sobornos de parte de la empresa.
El escándalo del “Lava Jato” en Brasil no solo tiene en jaque al actual presidente, Michel Temer, sino que ahora va por más y amenaza a otros líderes de la región.
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