El caos total parece apoderarse del ya convulsionado Yemen: este lunes, los rebeldes hutíes que controlan la capital, Saná, asesinaron a tiros al expresidente Alí Abdullah Saleh, antiguo aliado de los insurgentes, en un enfrentamiento. Saleh había roto su alianza con los hutíes el fin de semana, lo que fue proseguido por crudos enfrentamientos entre ambas facciones.
Tras el ataque, los hutíes hicieron estallar la casa de Abdullah Saleh, primer presidente del país entre 1990 y 2012. “La crisis de las milicias de la traición ha terminado al haberse tomado el control por completo de sus posiciones y de haber impuesto la seguridad en Saná, sus suburbios y todas las otras provincias”, aseguró un comunicado de los hutíes.
El pasado sábado quedaron rotas las filas rebeldes (integradas por los hutíes, apoyados por Irán, y las fuerzas leales a Saleh), a raíz de que los seguidores de Saleh anunciaron sus intenciones de dialogar con Arabia Saudita y el actual presidente de Yemen, Abd Rabbo Mansur Hadi.
En paralelo, las fuerzas de Hadi, apoyadas por la coalición árabe, anunciaron el inicio de una ofensiva para reconquistar Saná tras dos años de una guerra que dejó 8.600 muertos, casi 50.000 heridos y 20 millones de personas en situación de emergencia humanitaria.
Leer más: El País/ Al Jazeera