La trama de corrupción vinculada a la petrolera estatal Petrobras sigue trayendo complicaciones en el ámbito judicial para los expresidentes brasileños Lula Da Silva y Dilma Rousseff: ahora el fiscal general, Rodrigo Janot, de ese país los ha acusado ante la Supremo Tribunal Federal de conformar una asociación ilícita.
También denunció a importantes miembros del Partido de los Trabajadores (PT), entre los que se destacan la senadora y presidenta del PT Gleisi Hoffmann, los ex ministros Antonio Palocci, Guido Mantega, Paulo Bernardo y el ex tesorero del partido Juan Vaccari Neto.
Según Janot, desde mediados del 2002 hasta mayo del 2016, “los denunciados integraron y estructuraron una organización criminal que actuó durante el periodo en el que Lula y Dilma Rousseff sucesivamente ejercieron la Presidencia”.
Y agregó que «Lula fue el gran idealizador de la organización criminal, en la medida en que negoció directamente con empresas privadas la recepción de valores para viabilizar su campaña electoral a la Presidencia en el 2002, mediante el compromiso de usar el aparato público de ser elegido, en favor de los intereses privados de este grupo de empresarios».
Esta metodología luego sería repetida por otros miembros del PT para financiar sus campañas. El valor de las coimas recibidas ascendería a 1.485 billones de reales brasileños (unos 476 billones de dólares).
La noticia surge justo horas después de que la policía incautara valijas con dinero en un departamento aparentemente utilizado por Geddel Vieira Lima, quien fuera ministro de Michel Temer hasta diciembre pasado.