En el marco de la reunión del G7 en Italia, Rex Tillerson pidió a Rusia que deje de apoyar al régimen sirio del presidente Bashar Al Assad. «Esperamos que el Gobierno ruso llegue a la conclusión de que se han alineado con un socio no fiable en el caso de Bashar al Assad», afirmó Tillerson, en claro desafío a Putin.
El bombardeo a Siria del último viernes puso a Estados Unidos en la cima del liderazgo internacional nuevamente, disputando fuertemente dicha posición con Rusia, que aprovechando las posturas de Obama había cobrado mayor protagonismo como actor de la política internacional. Además, revitalizó la alianza de Estados Unidos con las potencias occidentales, sobre la que tantas dudas se habían generado tras la asunción de Trump
Estados Unidos incluso continua advirtiendo a Al Assad sobre eventuales nuevos bombardeos si continúa con sus acciones hostiles. La situación pone a Putin en la incómoda posición de mantener su apoyo a un régimen autoritario para no ceder ante la presión de su archirrival, Estados Unidos.
Este martes, Tillerson viaja a Moscú justamente, para reunirse con su par Serguéi Lavrov en un momento de suma tensión. Está en juego el liderazgo mundial.
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