México seguramente sea el país más perjudicado por la administración Trump en sus primeros días de mandato. Las cuestiones migratorias, comerciales (Acuerdo Transpacífico y NAFTA) y la construcción del famoso muro son medidas que impactan de lleno en México.
En este contexto, no suena extraño que Peña Nieto haya salido a buscar otros socios para establecer acuerdos de libre comercio que permitan compensar las pérdidas producidas por la desvinculación de su economía de la de Estados Unidos. Peña Nieto apuntó a Reino Unido, proponiendo establecer un convenio de de libre comercio tan pronto como sea posible luego de la salida del RU de la Unión Europea. Por otra parte, España, a través de su presidente Mariano Rajoy, expresó su solidaridad con su “amigo” México a partir de la hostilidad de la administración Trump. Por último, para completar las gestiones, México inició conversaciones con la Unión Europea, también para establecer convenios de mutua cooperación en diversas áreas, no solo en lo vinculado al comercio.
Los golpes recibidos por parte de su socio del norte obligaron a México a reorientar la mira hacia el otro lado del Atlántico. Afortunadamente para Peña Nieto, la respuesta inicial fue positiva.
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