En las últimas horas se registró el incidente más grave entre Israel y Siria desde el comienzo de la guerra en este último. Aviones israelíes atacaron objetivos militares en Siria y como respuesta el presidente al Asad ordenó ataques en Jerusalen.
Israel justifica su intervención en la necesidad de evitar el envío de armamentos al grupo terrorista Hezbollah a través del territorio sirio, sugiriendo cierta complicidad del régimen de al Asad con el enemigo israelí. Siria, por su parte, no encontró justificación para recibir tal ataque y por eso respondió, además de acusar a Israel de colaborar con Estado Islámico a través de episodios como estos.
El episodio, confuso y breve, pone en máxima alerta a Medio Oriente y agrega aún más inestabilidad a la región. Un enfrentamiento directo entre Israel y Siria, sumado al que ya mantiene Siria con los rebeldes locales y Estado Islámico, daría lugar a un conflicto con consecuencias incalculables. Cabe recordar el apoyo que tiene Siria por parte de Rusia e Irán, y el que tiene Israel por parte de Estados Unidos.
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