El primer ministro libanés, Saad Hariri, regresó a Beirut este miércoles y dijo que suspendería su renuncia a petición del presidente Michel Aoun, quien se había negado a aceptarla. “Hoy presenté mi renuncia al presidente, quien deseaba que la suspendiera para dar más tiempo a nuevas deliberaciones sobre sus causas políticas y antecedentes”, dijo Hariri.
“Acepté su pedido con la esperanza de que allane el camino para un diálogo serio que renovara nuestra voluntad de aferrarnos al Acuerdo de Taif (que puso fin a la guerra civil libanesa que duró desde 1975 a 1990) y el consenso nacional, y abordar cuestiones controvertidas y sus implicaciones sobre las relaciones del Líbano con los hermanos árabes”, dijo Hariri.
Luego, afirmó que Líbano debe permanecer neutral con respecto a guerras externas, conflictos regionales y cualquier evento que pueda dañar su estabilidad o sus relaciones con los países árabes. Según los principales analistas de la región, Hariri está alineado con los intereses de Arabia Saudita en el país, y la milicia islamista Hezbollah, con los de Irán.
“Espero una verdadera asociación con todas las fuerzas políticas para poner el interés superior del Líbano por encima de cualquier otro, preservar la seguridad de la coexistencia entre los libaneses, y el camino correcto para reconstruir nuestra nación”, dijo. La renuncia por sorpresa de Hariri el 4 de noviembre desde la capital saudita, Riad, había sumido al país en una grave crisis política.
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