Lo que parecía imposible, terminará de hacerse realidad en algunas horas. En el mediodía de Washington, Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos.
Luego de una campaña tan larga como destructiva, y a pesar de haber obtenido más de tres millones de votos menos que Hillary Clinton, el magnate se coronó en el colegio electoral y desde entonces puso en vilo al mundo.
Trump llega al poder en una situación inaudita para la asunción de un presidente de Estados Unidos. Con el 40% de aceptación, es el presidente con menor apoyo al momento de asumir. Su postulación primero, y su triunfo después, generaron marchas en su contra que se extienden incluso hasta hoy: en Nueva York comenzarán a marchar durante los próximos 100 días en rechazo al presidente, lo que es un hecho sin precedentes para una de las democracias más sólidas del mundo. Estados Unidos estaba dividido antes de la elección, entre los seguidores de Obama y quienes veían en su modelo al responsable de su estancamiento. Pero el triunfo de Trump exacerbó esta división, que se transformó en uno de los mayores desafíos para el nuevo presidente.
Desde esta tarde, Trump manejará el tablero de control más relevante del mundo. Bombas atómicas, organismos multilaterales, la tasa de interés que mueve al mundo, todo a su disposición. El presidente fanático del Twitter deberá mostrar desde esta tarde si está preparado o no para ser el presidente del mundo.