Luego de que Donald Trump anunciara medidas contra 25 empresas y personas iraníes en respuesta a las pruebas balísticas realizadas por Irán días atrás, fuerzas de elite de los Guardianes de la Revolución de Irán comenzaron una serie de maniobras militares que incluyen la prueba de sistemas de radar y misiles de fabricación local.
Si bien Irán afirma que todo este tipo de pruebas apunta a fortalecer la defensa del país, en el marco de lo convenido con la Administración Obama en 2015, las autoridades actuales de Estados Unidos afirmaron que “el continuado apoyo de Irán al terrorismo y el desarrollo de su programa de misiles balísticos supone una amenaza».
Más que un conflicto real, lo que este ida y vuelta de medidas sugiere es que la relación entre Trump e Irán será complicada, lo cual supone esperar mayor inestabilidad en Medio Oriente y el aumento de los conflicto con Rusia, principal aliado de Irán.
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