Benjamin Netanyahu, quien había pedido a Obama que utilizara su poder de veto a favor de Israel, dejó en claro que no planea reconocer la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condena los asentamientos israelíes en Palestina. Dicha medida contó con el apoyo explicito de todos los estados, a excepción de Estados Unidos, que se abstuvo de ejercer su poder de veto, dando así un visto bueno solapado.
Si bien la resolución no tiene carácter coercitivo, sí puede generar consecuencias en el ámbito legal si los palestinos la invocan ante la Corte Internacional de Justicia como argumento para sostener su posición en el conflicto.
El accionar de Estados Unidos fue justificado por sus propias autoridades, quienes señalaron que no se puede sostener la teoría de los dos estados (como viene haciendo Estados Unidos) y defender los asentamientos israelíes.
Esta votación marca un distanciamiento entre Obama y Netanyahu, en los momentos finales del gobierno de Obama. Trump, su sucesor, había pedido que Estados Unidos ejerciera el veto, por lo que sin dudas desde el 20 de enero la alianza Estados Unidos-Israel volverá a fortalecerse.
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