El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), enfrenta su peor momento al frente del país. El fantasma Odebrecht, por el que ya se encuentran detenidos los ex presidentes Alejandro Toledo y Ollanta Humala, ahora salpicó al presidente actual.
La comisión del Congreso ‘Lava Jato’ aseguró el último miércoles que Odebrecht habría pagado a First Capital, empresa de un ex socio de PPK, una cifra superior a los cuatro millones de dólares por asesorías y a Wetsfield, empresa del propio PPK, casi un millón de dólares por asesorías. Con estas afirmaciones, la oposición inmediatamente comenzó la embestida contra el actual mandatario, con un objetivo claro: forzar su renuncia.
PPK, sin embargo, aseguró que no va a abdicar a sus responsabilidades como presidente y se puso a total disposición de la investigación para demostrar que no estuvo involucrado con la firma de contratos y pagos de Odebrecht a esas empresas. Su suerte terminará dependiendo del Congreso, que puede disponer el inicio del proceso para su destitución.
Como suele suceder en estos casos, hay quienes ya van un paso adelante y comienzan a imaginar la era post PPK. Fuerza Popular, el opositor partido liderado por Keiko Fujimori, vencida por PPK en la elección presidencial, reclama la convocatoria a elecciones. Tiene un gran activo para forzar la renuncia de PPK y marcar tendencia sobre los pasos a seguir: cuenta con mayoría en el Congreso. Sin embargo, ante una eventual salida de PPK, las instituciones marcan que la máxima investidura recaería en Martín Vizcarra, actual primer vicepresidente.
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