A principio de junio, Arabia Saudita y países aliados, entre los que figuran Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, declararon la ruptura de relaciones diplomáticas y la imposición de sanciones económicas a Catar, por considerar que colabora con grupos terroristas. Concretamente, le reclaman su vinculación con Irán, raíz de la eventual complicidad con el fundamentalismo.
En las últimas horas, los países comandados por Arabia Saudita enviaron a Doha una serie de requisitos a cumplir para levantar las sanciones impuestas y recomponer el vínculo. Si bien el plazo para cumplirlos vencía anoche, gracias a la gestión de Kuwait ese plazo se extendió 48 horas. En ese tiempo las autoridades de Catar deberán comprometerse a cumplir con los requerimientos impuestos, entre los que se destacan cortar vínculos con Irán, terminar con cualquier tipo de apoyo a grupos vinculados al terrorismo, y hasta cerrar la cadena de televisión Al Yazira.
La situación para Catar es muy incómoda. Ceder ante los requerimientos de los países del Golfo le generará el distanciamiento de la otra potencia de la zona, Irán.