El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó ayer por unanimidad la extensión del mandato de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (UNIFIL, por sus siglas en inglés), en un contexto marcado por presiones estadounidenses e israelíes por el incesante rearme de la milicia islamista Hezbollah, supuestamente a través de Irán.
La resolución 2373 prolongó la misión -desplegada originalmente en 1978 y que luego cobró carácter permanente tras el enfrentamiento entre Israel y Hezbollah de 2006- hasta el 31 de agosto de 2018. De acuerdo al texto, la UNIFIL deberá llevar a cabo más patrullas con las fuerzas libanesas e informar cuando los soldados de la paz se enfrenten a bloqueos en las fortalezas de Hezbollah en el sur del país.
Las tensiones diplomáticas habían aumentado en los últimos días cuando Estados Unidos acusó a la UNIFIL de incapacidad de detectar y reportar las actividades de Hezbollah, incluyendo un alegado rearme con apoyo iraní, como expresó recientemente la embajadora ante la ONU Nikki Haley a la prensa.
“El statu quo para la UNIFIL no era aceptable y no lo aceptamos”, dijo. Y agregó que los cambios ayudarán a asegurar a que la UNIFIL “tenga el poder y la voluntad de hacer su trabajo”.