Por Damián Szvalb / @DamianSz.
El ataque al candidato presidencial Jair Bolsonaro conmocionó la campaña electoral en Brasil a un mes exacto de las elecciones. A partir de ahora, habrá que medir cómo impacta este hecho en el electorado y de qué manera será usado por los diferentes sectores políticos. Algo de todo esto ya se puedo ver.
Mientras Bolsonaro se recupera de la grave herida que pudo haberle ocasionado la muerte de no haber sido tratada con la rapidez y eficacia con que se hizo, los principales candidatos salieron a condenar el ataque y a desearle una pronta recuperación. Sin embargo, también se empezaron a cruzar mensajes con intencionalidad política. A un mes de las elecciones, todo vale.
«Ahora es la guerra» dijo el presidente del Partido Social Liberal de Bolsonaro, Gustavo Bebianno, previendo dramáticas consecuencias. Otros intentan culpar al candidato por haber generado un clima de tensión con sus llamadas al odio y a la violencia. Algunos recordaron que el propio Bolsonaro lleva años defendiendo la violencia como solución a todos los problemas.
En esta línea, la ex presidente Dilma Rousseff afirmó que «incentivar el odio crea ese tipo de actitud”. Dilma sin dudas debe recordar bien que en medio de su juicio político, el diputado Bolsonaro reivindico al militar que la torturó durante la dictadura militar. El presidente Michel Temer dijo: «que sirva de ejemplo para las personas que están haciendo campaña, que la tolerancia es una derivación de la democracia».
Para Brasil este es el peor ataque de su historia democrática, y hace recordar hechos violentos contra candidatos sucedidos en México y Colombia. Bolsonaro es un ex militar de extrema derecha que conmocionó a la política brasilera ya que, a pesar de sus expresiones homofóbicas, racistas y a favor de la tortura, encabeza todas las encuestas con una intención de votos del 22 por ciento.
Si bien es diputado hace mucho tiempo, es considerado un outsider de la política, por lo que aprovecha el desprestigio de los candidatos del establishment como Alckim y, sobre todo, que Lula esté en la cárcel y no pueda competir.
¿Cómo será el tramo final de la campaña luego de este atentado? Los analistas creen que este terrible episodio favorecerá políticamente a Bolsonaro y que es probable que suba en las encuestas. En su partido parece que piensan lo mismo: no solo creen que en los próximos días se hablará de él, lo que hará crecer su nivel de conocimiento en todo el país, sino que quieren aprovechar que sus rivales no podrán criticarlo demasiado durante la semana que tarde en recibir el alta. «Va a salir de esta mejor de lo que ha entrado», se jactaba su candidato a vicepresidente.
El atentado contra Bolsonaro es un hecho gravísimo que revela en forma brutal que cuando los sistemas políticos entran en crisis, la violencia empieza dominar la escena. Y una vez que eso ocurre, es muy difícil volver atrás.