A pesar de las numerosas denuncias que enfrenta por los escándalos de corrupción que envuelven a Brasil, y de que el Partido de los Trabajadores perdió el poder ejecutivo con la destitución de Dilma Roussef, Luis Inacio Lula Da Silva no se rinde.
En un acto ante trabajadores del campo, afirmó que “si es necesario, voy a ser candidato otra vez». Lula asegura que el PT volverá a gobernar, para recuperar la economía, la autoestima y la credibilidad brasileñas. De hecho, hasta pidió que haya elecciones antes de término, lo que implicaría terminar prematuramente con el mandato que está cumpliendo Michel Temer. Los detractores de Lula, solo creen que busca posicionarse como un perseguido político para victimizarse y obtener réditos en el ámbito judicial ante el aluvión de denuncias.
La situación de Lula se emparenta con la de Cristina Kirchner en Argentina, sobre quien también pesan serias denuncias de corrupción y quien también está especulando con una eventual candidatura en las próximas elecciones legislativas.
Brasil atraviesa un momento político e institucional muy delicado, que lógicamente repercute seriamente en la economía. La situación de Michel Temer es complicada, y su estabilidad formal no se condice con la inestabilidad real que azota al país. Por las dudas, Lula ya está listo para volver.
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