Macron vive horas de convulsión. Ayer, decidió aprobar por decreto la ley que extiende la edad jubilatoria de 62 a 64 años. Ahora, la Asamblea Nacional tiene 24 horas (vence hoy) para rechazar el decreto y dejar sin efecto la ley.
La aprobación por decreto de Macron generó la reacción de buena parte de la población, que salió a manifestarse, con epicentro en la plaza de la Concordia. Se registraron disturbios, que terminaron con más de 200 personas detenidas. Las fuerzas de seguridad utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos.
Se promete, además, una marcha aún más grande para el próximo miércoles. El destino de esta ley jubilatoria condicionará fuertemente el futuro del gobierno francés. Si bien no se espera una renuncia de Macron ante un rechazo del decreto, sí será muy complicada su relación con la Asamblea y, sobre todo, con la comunidad.
El presidente francés considera imperioso que esta ley se cumpla. Necesita fondos para reponer los extraordinarios gastos ocasionados por la pandemia.
Días atrás, con epicentro en Paris, pero con muchas réplicas a lo largo y ancho del país, cerca de dos millones de personas se manifestaron contra la reforma jubilatoria del gobierno francés. Había sido la mayor movilización de los sindicatos franceses desde que comenzaron con protestas en enero, y se cree que la mayor en los últimos 40 años. Sin embargo, no se logró la paralización del país, como se esperaba.