El presidente venezolano, Nicolás Maduro, no detiene su creatividad para mantenerse en el poder. En las últimas horas firmó un decreto para conformar una nueva asamblea constituyente, que sería elegida mediante una elección general.
La movida de Maduro se en momentos en que las protestas opositoras son cada vez más fuertes y en medio del proceso de salida del país de la Organización de Estados Americanos. El plan de Maduro contempla la eliminación de la constitución actual, establecida por Hugo Chávez, como así también la suspensión de las elecciones presidenciales previstas para 2018. En una especie de refundación del país, el pueblo elegirá a sus asambleístas, que serán quienes doten a Venezuela de una nueva constitución, y recién después el pueblo podrá elegir un presidente. Todo este proceso puede demorar no menos de dos años, periodo en el cual Maduro mantendría su poder. Además, el decreto de Maduro diseña un proceso completamente a medida, ya que la mitad de los asambleístas serían elegidos por obreros y sectores trabajadores, más afines voluntaria o forzosamente al chavismo.
Este nuevo artilugio de Maduro para sostenerse en el poder aleja cada vez más a Venezuela de las características democráticas que dice tener, eliminando a la opositora Asamblea Nacional y hasta rompiendo con parte de la herencia del líder Hugo Chávez.
En otro orden de cosas, Maduro decretó también una suba del salario mínimo del 60%, llevándolo a 200.000 bolívares. La medida apunta a paliar la exorbitante inflación, aunque no alcanzaría para cubrir el valor de una canasta básica.