Luego de la resolución 2334 de la ONU, que condenaba los asentamientos israelíes instalados más allá de los límites autorizados, Benjamin Netanyahu manifestó abiertamente su ira contra todos los países que apoyaron tal resolución pero fundamentalmente contra Estados Unidos y Barack Obama, por no haber utilizado su poder de veto para beneficiar a Israel.
Sin embargo, el líder de Israel ahora ordenó la suspensión de la aprobación por parte del Comité de Planificación y Construcción del Ayuntamiento de Jerusalén de la construcción de 492 casas en Ramot y Ramat Shlomo. Hasta ayer parecía un hecho que el Comité aprobaría la medida y que con ella Netanyahu redoblaría la apuesta ante la comunidad internacional. No obstante, la amenaza de eventuales nuevas represalias parece haber detenido la ira de Netanyahu, al menos por ahora. Se espera que John Kerry vuelva a condenar los asentamientos de Israel y a defender la teoría de los dos estados, al tiempo que otro golpe podría darse en el marco de la Conferencia Internacional de la Paz a realizarse en Paris en los próximos días, con nuevas medidas contra Israel.
Netanyahu parece haber comprendido, más por temor a nuevas represalias que por propia convicción, que deberá esperar la llegada de Donald Trump para encontrar apoyo en su líder histórico, y desde allí reposicionarse ante el mundo.