El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, se involucra cada vez más en la política local, simplemente opinando sobre cuestiones sensibles de la administración de su sucesor, Donald Trump. Si bien no es habitual que un expresidente cobre demasiado protagonismo en la vida política del país, Obama parece dispuesto a defender su legado.
En esta línea, Obama defendió a través de las redes sociales su plan sanitario, el ObamaCare, que el nuevo congreso del país está desmantelando y reemplazando por el TrumpCare, al cual el expresidente cuestionó duramente. Además, también sumó críticas a Trump por retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, otro hito de la última gestión demócrata.
Por su parte, Trump responde atacando a Obama por su inacción ante el comprobado espionaje ruso durante la última elección presidencial estadounidense. Luego de conocerse que Obama estaba al tanto de la situación incluso antes de la elección, el presidente Trump lo cuestionó duramente a través de las redes sociales, sembrando dudas sobre su accionar ante la situación.
Como viene sucediendo en varios aspectos de la vida política local desde la llegada de Trump al poder, Estados Unidos experimenta otra situación a la que no está acostumbrado: el enfrentamiento público de su presidente actual y su expresidente.