«Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS». De esta manera, a través de la red social Twitter, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció que canceló la reunión que tenía prevista con Donald Trump la semana próxima.
Peña Nieto viene atravesando horas difíciles. A los problemas locales que lo abruman, con recientes saqueos, debió sumarle la llegada del huracán Trump, que México y él particularmente sufrieron como nadie.
Ante el anuncio de Trump de que finalmente construirá el muro en la frontera sur y que, si bien en una primera instancia lo pagará Estados Unidos con recursos propios, finalmente México lo compensará por ese gasto, Peña Nieto salió al cruce y afirmó: “México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez, México no pagará ningún muro”. Además, en referencia a los mexicanos que viven en Estados Unidos, señaló que “Nuestras comunidades no están solas. El Gobierno de México les brindará la asesoría legal que les garantice la protección que requieran”.
Peña Nieto convocó a toda la dirigencia de México a unir fuerzas en este difícil momento. Por su lado, los principales dirigentes de la oposición le solicitan al presidente que no asista al encuentro con Trump, previsto para el próximo 31, aunque todo indica que Peña Nieto irá.
La situación de México es compleja y su presidente decidió mostrarse conciliador pero firme ante su par de Estados Unidos, la situación doméstica no le deja otra opción. Hoy Peña Nieto es el defensor de toda una nación que está siendo atacada y su pueblo le exige firmeza. Lo que suceda con esta situación será referencia para lo que pueda suceder con otras medidas de Trump. Lamentablemente, México es el blanco más fácil de un Trump que quiere dejar en claro, al menos de entrada, que llegó a la presidencia para cumplir con sus promesas de campaña.
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