Son horas difíciles para México. El país se encuentra convulsionado por la llegada de Trump y la arremetida implacable, voluntaria o no, contra su país. En este marco, y luego del anuncio de ayer por parte de la Casa Blanca en el que confirmó la construcción del famoso muro que Trump viene prometiendo desde la época de la campaña, la presión interna ante sobre Peña Nieto para cancelar el encuentro que el martes próximo iba a mantener con Trump se hizo insostenible.
Si bien Peña Nieto venía manejando la situación de la manera más diplomática posible, la frase de Trump que indicaba que si México no iba a pagar el muro no valía la pena la reunión con Peña Nieto terminó de enfurecer a los mexicanos, que volcaron aún más presión sobre su presidente para que rechace el encuentro. Y así fue.
Con esta medida, Peña Nieto gana algo de crédito interno por hacer algo que la amplia mayoría del pueblo al que representa le había solicitado. Sin embargo, dispara aún más la tensión con Trump, que puede traer para México peores consecuencias aún.