Oscar Pérez, un multifacético policía venezolano (además es actor y productor de cine), fue el líder de un ataque perpetrado contra la sede del Tribunal Supremo y del Ministerio del Interior venezolanos con tiros y granadas lanzados desde un helicóptero robado.
La situación en Venezuela es caótica. Como si las constantes marchas pro y anti Maduro que se registran en todo el país, los reiterados episodios de violencia que estas marchas generan y las reiteradas muertes de manifestantes no fueran suficientes, el ataque producido contra instalaciones gubernamentales comandadas por Maduro eleva la tensión a niveles aún más peligrosos.
Maduro ya avisó que no dudará en utilizar las armas para controlar a los disidentes si estos, como Pérez, atacan con armas. “Lo que no se puede con los votos, lo haríamos con las armas», lanzó el presidente, en referencia al rechazo que genera en buena parte de la sociedad la Asamblea Constituyente que convocó para modificar la constitución y, según él, mantener la paz. «He activado toda la Fuerza Armada para defender la tranquilidad. Vamos a capturar el helicóptero y a los que han realizado este ataque terrorista», agregó el presidente venezolano, quien además sugirió vinculaciones entre los atacantes y la CIA estadounidense.
El mundo sigue con atención la situación. La escalada de violencia puede dar lugar a mayores enfrentamientos. En este contexto, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, aseguró que está dispuesto a entregar su cargo a cambio de la realización de elecciones libres en Venezuela, a las que considera un paso fundamental para alcanzar la paz.