Más de 20 personas habrían muerto desde que se iniciaron las protestas contra el régimen local días atrás. Si bien lejos está de alcanzar la masividad de las protestas de 2009 contra el por entonces presidente, Mahmoud Ahmadinejad, lo cierto es que uno de los gigantes de Medio Oriente se encuentra conmovido por una situación interna delicada que lo sorprende en un momento de gran exposición a nivel internacional.
Los reclamos de la población hacen foco en el alto desempleo, en la creciente inflación y en el estancamiento de la economía local. Además, también exponen un rechazo al involucramiento del país en conflictos en el extranjero, concretamente en Siria, Irak y Yemen.
Las autoridades locales han hecho evaluaciones distintas sobre lo que está sucediendo. El presidente Hasan Rohani no descartó que haya enemigos del exterior incentivando a las protestas, reconoció que “muchos han salido a las calles debido a sus emociones y en respuesta a sus problemas”, entre los que también marcó la demanda de más libertades. Sin embargo, el ayatollah Alí Khamenei, líder espiritual supremo de la república, directamente apuntó a Estados Unidos e Israel como responsables del conflicto. Esta contradicción en el seno del poder iraní no deja de ser una llamativa muestra de debilidad, sobre todo en momentos en los que Irán debate como pocas veces antes el liderazgo regional con Arabia Saudita.
Por su parte, Donald Trump celebró lo sucedido y destacó el accionar del pueblo iraní, por «finalmente actuar contra un régimen brutal y corrupto».
Leer más: Europa Press / BBC.