El paso del huracán María por Puerto Rico ha dejado devastado al país, incluyendo inundaciones, comunicaciones caídas, edificios destruidos y daños en represas que ponen en riesgo a los residentes de “aguas abajo”. Además, según los registros oficiales ya han fallecido 16 personas.
Como corolario de esta dramática situación, ha surgido un conflicto político entre Puerto Rico y Estados Unidos, del cual el primero es estado asociado. El gobernador Ricardo Rosselló recurrió a la prensa para denunciar que la isla enfrenta una crisis humanitaria e instó al Congreso norteamericano a que apruebe un paquete de ayuda proporcional al desastre.
Roselló alzó su voz para recordar a los políticos de EE. UU. que los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses. “Necesitamos algo tangible, un proyecto de ley que realmente responda a nuestra necesidad”, dijo. Y agregó: “De lo contrario, habrá un éxodo masivo hacia (el territorio continental de) Estados Unidos”.
Para la representante de Puerto Rico ante el Congreso de EE.UU., Jennifer González, la devastación que sufre la isla la ha hecho retroceder “de 20 a 30 años”. En respuesta, miembros de la bancada demócrata pidieron una acción rápida para ayudar a Puerto Rico, que vale recordar ya enfrentaba una grave crisis financiera producto de una deuda de más de US$ 72.000 millones.