Donald Trump está atravesando uno de los momentos más complejos de su naciente pero ya muy convulsionado gobierno. La expulsión del director del FBI y la supuesta filtración de información confidencial a funcionarios rusos, ambas situaciones en la última semana, lo expusieron aún más y le valieron una lluvia de cuestionamientos por parte de la dirigencia y la opinión pública locales.
Quien salió al rescate fue el presidente ruso, Vladimir Putin, quien calificó de “tonterías y basura” las acusaciones que marcan que Trump filtró información. Para apoyar sus palabras, puso a disposición una transcripción de la conversación entre Trump y los funcionarios rusos. Con esta movida, Putin muestra dos caras hacia Trump: la primera, de aparente camaradería y apoyo, defendiéndolo de las acusaciones; la segunda, acaso la más relevante, de amenaza, ya que deja en claro que está dispuesto a involucrarse en cuestiones domésticas de Estados Unidos e incluso de revelar lo que se conversa en reuniones bilaterales.
Leer más: El País / RT / ABC News.