Cuando todo hacía pensar que Rusia contestaría a las sanciones anunciadas ayer por Obama de una manera feroz, Vladimir Putin decidió poner paños fríos a la situación. El presidente ruso anunció que no expulsará de su país a 35 diplomáticos estadounidense, como había circulado horas después del anuncio de Obama.
Si bien el Kremlin se mostró disgustado por las medidas tomadas por Obama, a las que enmarcó en una “política exterior impredecible y agresiva” por parte de Washington, decidió bajar los decibeles, sobre todo considerando que dentro de 20 días Obama ya no estará en la Casa Blanca, que será ocupada por Donald Trump, quien se ha mostrado partidario de que Rusia y Estados Unidos cooperen y quien hasta llegó a elogiar a Vladimir Putin.
Estos episodios muestran lógica en el accionar de los protagonistas. Si bien con la respuesta rusa Obama queda expuesto, lo cierto es que no puede dejar la Casa Blanca sin tomar represalias contra Rusia por su injerencia en la elección local. En el caso de Putin, sería innecesario que elevara el nivel de conflicto a 20 días de la llegada de Trump, con quien, en principio, tendrá una relación más amistosa que con Obama.
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