La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, informó días atrás –a seis meses de finalizar su mandato- la renuncia de su equipo económico: dejaron el gobierno los ministros de Hacienda, Rodrigo Valdés, y de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes. La razón detrás del anuncio fue el rechazo el pasado día 21 de agosto por parte del Comité de Ministros del proyecto minero y portuario Dominga, que se iba a instalar en la región norteña de Coquimbo.
El proyecto en cuestión puso sobre la agenda la tensión entre el crecimiento económico chileno y el cuidado del medio ambiente. Luego de una votación dividida (3-2 y la abstención de Céspedes) fue el ministro del Medio Ambiente, Marcelo Mena, quien comunicó públicamente el rechazo a Dominga. Inmediatamente, los gremios empresariales e incluso desde el propio oficialismo se expresaron diciendo que la oposición a Dominga era “política” y “anticrecimiento”.
El lunes, el ex jefe de Hacienda declaró que “algunos no tienen el crecimiento dentro de las prioridades más altas y les cuesta a veces tener una compatibilización de eso con otros objetivos, que son importantes también”. Luego, Bachelet respondió que “Chile necesita que su crecimiento vaya de la mano del cuidado del medio ambiente, y esto es un sello de mi gobierno”.
La polémica está dividiendo al oficialismo, y enfrenta a los distintos partidos que conforman la coalición gobernante. En esta linea, el jefe de gabinete, Mario Fernández, salió al cruce de sus ex compañeros de gabinete y aseguró que «la Presidenta y sus ministros no gobiernan pensando en las elecciones».
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