Rusia denunció un nuevo ataque con morteros contra su sede diplomática en la capital siria y declaró que esta agresión “confirma la necesidad de liquidar cuanto antes los reductos terroristas”.
Las autoridades rusas explicaron que uno de los morteros aterrizó sin detonar en el patio interno de las instalaciones. Un segundo obús estalló en las cercanías del conglomerado diplomático, sin que Moscú precisara la existencia de heridos o víctimas mortales.
Rusia responsabilizó del ataque a los grupos insurrectos activos en la Gouta Oriental, periferia este de Damasco. El Kremlin acusó a los “extremistas de intentar torpedear los esfuerzos en pro de una solución pacífica al conflicto sirio”.
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